domingo, 23 de octubre de 2011

El valor de una sonrisa

Te miro y sonrio.
Mirame y sonrie.
Cuando camines por la calle fijate en los ojos de los que pasan a tu lado. Es posible sonreir con la mirada, es posible alegrar sin decir nada.
Hoy estoy triste, preocupada, tengo miedo... De nada sirve escupir una respuesta si te acercas y me preguntas; de nada sirve una mirada airada... Mi angustia será mayor por la falta de amor en mi mirada, tu angustia también por no encontrar la complicidad buscada.
Me esfuerzo por sonreir con la mirada. ¡Que sencillo parece! ¡Que difícil! ¡Que alegria si al final la prueba es superada!

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